MEXICO, D.F., noviembre 25 (EL UNIVERSAL).- El caso de supuesta discriminación contra el Kalimba abre el debate. El grupo alemán Tokio Hotel niega haberlo ofendido; el cantante mexicano opta por el silencio. Hay dos versiones. La primera asegura que los integrantes de la banda alemana Tokio Hotel esperaban el elevador pero que, al abrirse las puertas, se encontraron con Kalimba y entonces decidieron no subirse porque no querían compartirlo con un negro.
La otra versión es que Tokio Hotel nunca se encontró con Kalimba en un elevador y que el único contacto fue de lejos, ya que por “cuestiones de seguridad” nadie puede acercarse a la banda alemana durante su visita a otros países. La escena habría sucedido en Acapulco hace dos semanas durante la ceremonia de los Premios Telehit. La primera tesis es sostenida por dos amigos cercanos de Kalimba, Poncho Vera y Jorge “El Burro” Van Rankin, quienes escribieron en sus respectivas columnas periodísticas que los integrantes del grupo Tokio Hotel se habían mostrado no sólo racistas sino incluso prepotentes con el equipo de producción de Telehit y en general con el público.
“Me cuentan —escribió Van Rankin— que en un momento en que venían en el elevador se abrió y se subió Kalimba y estos niñitos (Tokio Hotel) se bajaron para no convivir con el cantante”.
Poncho Vera tampoco fue testigo presencial y basa su dicho también en cosas “que me contaron”. Un vocero de Universal Music, disquera de los músicos alemanes, negó las acusaciones: “En todo momento yo estuve con ellos y jamás vi una actitud extraña de los Tokio, por el contrario, los noté siempre amables y con disposición para saludar a todos sus fans”.
El propio Kalimba se desentendió del asunto en una entrevista realizada al final de dicho evento. Al preguntarle sobre el supuesto problema con la banda alemana, él respondió: “No sé, yo no tengo ningún problema, yo amo a todos, si hubo un problema a lo mejor fue tuyo porque yo no lo tuve”.
El rumor, negado por unos y alimentado por otros, ha provocado una polémica en torno de un supuesto racismo musical. Anteriormente el mismo Kalimba sufrió otro acto de discriminación en diciembre del año 2005. Él mismo narró que tuvo un altercado con el cliente de un antro que le hizo comentarios racistas. La situación fue tan grave que el cantante terminó por darle un botellazo al agresor, quien insistía en insultarlo llamándolo “pinche negro”.
Johnny Laboriel recuerda ese pasaje y lo critica duramente, ya que él asegura que ser negro nunca ha sido una causa de discriminación, por lo menos en su caso. “Que te digan negro no debe ser motivo para darle de botellazos a alguien. Eso sólo demuestra que estás acomplejado”. Este pensamiento le ha valido la animadversión de algunos familiares de Kalimba. Erika Saba, ex compañera del joven intérprete en el extinto grupo OV7, asegura que durante su estancia en dicha agrupación ella nunca fue testigo de algún acto de discriminación racial contra Kalimba o su hermana M’Balia ni en México ni en América Latina.
Duda incluso de las razones por las que se desató la polémica: “Lo más seguro es que Tokio Hotel no quiso subirse el elevador por cuestiones de ego de artista, no por racismo sino porque querían el elevador para ellos solos”. En la red hay rumores similares en los que se acusa a Tokio Hotel de ser nazis pero ninguno ofrece pruebas y todo se basa en especulaciones, incluyendo el argumento ridículo de que al poner su canción “Monsoon” al revés hay un fragmento en el que “claramente se escucha: “Gloria a Hitler”, en español.
Kalimba le ha dado carpetazo a los rumores. Su representante en Westwood (la compañía que organiza su agenda de trabajo) dijo que el cantante nunca ha confirmado la supuesta discriminación y, por el contrario, se mostró contento a su regreso en la ciudad de México, luego de la entrega de premios.
La fuente aseguró que después de los premios Telehit, el cantante no le hizo ningún comentario acerca de lo sucedido. En cambio, asegura que le consta que los integrantes de Tokio Hotel fueron los más conflictivos durante la realización de dicha premiación, pues en su estatus de “estrellas internacionales” exigieron que cerraran todo el piso de un lujoso hotel para ellos y su gente de trabajo.
Esto coincide con lo descrito por Jorge Van Rankin, quien escribió en su espacio: “Lo que más me llamó la atención fue la insoportable actitud y prepotencia, así como una notable discriminación a las personas de color moreno, ya fueran choferes o personas de montaje”.
Para cerrar el capítulo, Kalimba le dijo a sus colaboradores cercanos que estaba harto de los rumores y que lo único que les pedía era que se quedaran en silencio y se pusieran a trabajar.
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